- Dime que no me quieres, que me has olvidado, que no soy nadie para ti. Dímelo y yo me marcho.
~ (mirando al suelo)... ¡No! no te quiero.
- No te creo, mírame a los ojos y dímelo. Por favor dime que no me quieres.
~ (le mira a los ojos) No, no te quiero...
Una lágrima cayó al suelo.
- ¿Por qué lloras?
~ Porque te miento.
- ¿Por qué me mientes?
~ Porque no quiero hacerte daño.